Antón vive en Faxilde rodeado de gente que lo quiere mucho. Sabe que no nació de la barriga de su mamá, por ello, utilizando su potente imaginación y su extraordinaria capacidad narrativa, fabrica su propio cuento buscando las respuestas que necesita a sus cuatro años, quiere ésas, no otras. En medio de su necesidad de saber, surge su necesidad de observar el mundo de modo diferente y cuidadoso, por esa razón, inventa un artefacto, el Miroscopio, con el que puede mirar a su manera y encontrar a papás y gnomos y a lunas de agua caliente.