El pueblo de Cryer´s Cross se conmueve hasta los cimientos por la tragedia que representa la desaparición de una alumna recién llegada al Instituto. Desaparece sin dejar rastro. Aunque Kendall Fletcher no tenía gran amistad con ella, la angustia que el hecho le produce dispara su Trastorno Obsesivo Compulsivo. Cuando otro estudiante desaparece, y se trata de ahora alguien muy próximo al corazón de Kendall, la comunidad se indigna. Kendall, atrapada en una espiral descendente de miedo y ansiedad, no está segura de poder soportarlo. Cuando comienza a oír las voces de los desaparecidos suplicando su ayuda, teme estar perdiendo contacto con la realidad. Pero entonces encuentra mensajes grabados en la madera de un pupitre del Instituto, mensajes que solo pueden proceder del estudiante desaparecido que se sentaba en él. Kendall concluye que, loca o cuerda, si hace oídos sordos a sus sospechas, nunca se lo perdonará. Algo huele muy mal en Cryer´s Cross y Kendall está a punto de averiguar hasta dónde pueden llegar los habitantes del pueblo para que nadie desentierre sus secretos.