De ninguna traducción puede decirse que sea la única posible. Por eso no es cierto que el traductor lleve en su sangre la ?traición? En el caso de Heidgger, muchas veces se importan términos sin traducir. Esgrimen algunos que, por tratarse de creaciones terminológicas muy específicas, ajenas incluso al idioma alemán, es mejor espetarlas en su originalidad. No comparto este punto de vista porque, a mi juicio, Heidgger siempre deriva sus términos a partir de raíces muy afianzadas en el alemán. Por ello, en la medida de lo posible he procurado siempre ?castellanizar?, es decir, traducir con palabras o expresiones existentes en la lengua castellana, cuyo sentido puede consultarse en los diccionario. Puesto que la obra traducida es la de Safranski, es obvio que en ciertos casos su interpretación de Heidgger ha influido en mi traducción de los términos.