Trece es el número del movimiento, que equivale a los trece tonos galácticos o poderes de la creación, los cuales codifican a las trece lunas o lunaciones anuales. El 20 se refiere a las 20 frecuencias solares, que codifican a los 20 glifos o sellos solares. Nosotros basamos esta frecuencia de tiempo en el Tzolkin o ?Calendario Sagrado? de 260 Kin. Al combinarlo con el ciclo solar de 365 días, el Tzolkin da a la cuenta Maya el patrón fractal con el cual podemos construir los calendarios y los sistemas de tiempo, lo que demuestra el orden armónico del sistema solar y de la galaxia en general. Con estos constructos, la cuenta Maya tiene gran precisión con los calendarios lunares y los ciclos de los eclipses. Debido a que la base de la cuenta Maya es de 260-Kin o Tzolkin y no un círculo de 360 grado, no hubo necesidad de correlacionar el ciclo de lunación con el año solar en un abstracto concepto de ?meses? . La matemática Maya, se basa en un elegante y sofisticado sistema de escritura de punto y raya, el cual es vigesimal, no decimal, esto es, basado en 20?s en vez de 10?s. Esto le da al sistema de matemática Maya, una flexibilidad fractal y exponencial, que no muestra el sistema decimal o duodecimal (de12?s), bajo el cual se basa el calendario Gregoriano. El hecho es que el calendario Maya contiene las enseñanzas del tiempo cuatridimensional, que la ciencia moderna ha eludido, porque está inmersa en el puño del nunca cuestionado uso del tiempo tridimensional gregoriano. La esencia de las enseñanzas Mayas nos muestra la aplicación de la frecuencia 13:20 que permite la creación e implementación del Calendario de las 13 lunas.