Meursault es un humilde oficinista que comete un crimen en una apacible tarde de verano, pero recibe con gran desidia su destino porque para él no hay complicaciones en este mundo absurdo. Meursault llega a la prisión, al patíbulo y no hay para él, en este inevitable proceso, ni rebeldía ni esperanza. No hay razones ni sentimientos, solamente un inevitable destino: la muerte.
El extranjero es una novela que muestra la alienación del siglo XX, del hombre absurdo que realiza acciones sin significado. Meursault, al ser tan desligado del mundo y sus convenciones, es condenado a muerte, más que por su crimen, por su personalidad y su aparente indiferencia ante las autoridades morales y religiosas. En una sociedad con moldes tan estrictos, un hombre que solamente dice lo que piensa y hace lo que siente, se convierte en un extranjero en su propio entorno, y eso resulta muy peligroso, por lo tanto hay que juzgarlo con mano dura y castigarlo.