A diferencia de otras narraciones de Herman Melville (1819-1891), Billy Budd, marinero se desentiende del mar, de sus criaturas, de la interacción con las gentes de tierra firme, para centrarse en el microcosmos de la vida a bordo de un buque de guerra, a su modo, figuración del mundo. Las barbaries de la guerra, con su degeneración de las causas justas, constituyen el marco de este cuadro. Billy Budd es la encarnación de la bondad e inocencia, el maestro de armas John Claggart representa el mal y el recto capitán Vere tiene una lucha interna permanente entre su sentido íntimo de la verdadera justicia última y su deber de aplicar la ley o la justicia humana. Hay una profunda ironía en todos estos destinos y múltiples son las posibilidades de lectura que se pueden realizar de esta novela.