El inexplicable ocaso de la fama de Herman Melville (1819-1891) comenzó a tornarse en amanecer hacia el centenario de su nacimiento. Desde entonces no ha cesado de extenderse su influencia, los estudios sobre su obra, las traducciones a otras lenguas, la cantidad de lectores de edades y lugares diversos. Sirva de muestra esta nueva traducción de dos pequeñas obras maestras de su período más prolífico: Bartleby el escribiente, un personaje kafkiano que logra arrastrar en su propia locura a toda una oficina, y Benito Cereno, un relato gótico de suspenso, referido a la cuestión de la esclavitud, con un eficaz manejo de las apariencias engañosas.