A los que pensaron que después de toda la confusión generada en diciembre de 2010, que fue el año crucial donde dejaron de imprimirse comprobantes con cédula y comenzamos a utilizar comprobantes digitales de forma más habitual, no podría ponerse peor, les recomiendo darle un vistazo a esta obra, que recopila las preguntas que nos han hecho desatinar el rumbo que debería haberse transitado en el cambio a la emisión digital de comprobantes en todas sus variantes.áHaciendo un recuento de los cambios, desaparece la oportunidad de seguir utilizando el papel, se sustituye por el Código de Barras Bidimensional para todos los contribuyentes como dispositivo de seguridad, ya que al final no resultó tan seguro, y todos los mexicanos tendrán que emitir comprobantes digitales por medio de un proveedor de certificación; hasta las constancias de retención de impuestos serán sustituidas por un CFDI, del cual por cierto el SAT tendrá copia, así que incluso los recibos de nómina de todo el país serán revisados con lupa por las autoridades.áSabemos que la misión de emitir comprobantes digitales cada día es considerada como ´posible´, y ya hasta le agarramos cariño a los archivos XML, porque ya los vamos conociendo mejor y sabemos lo importantes que son para completar la deducción al ser la esencia de la factura electrónica, incluso el Código Fiscal de la Federación considera que las representaciones impresas son sólo una presunción de la existencia del comprobante, pero el desconocimiento general le ha puesto el grado de dificultad a una tarea que parecía más sencilla.