Conchita Cabrera tuvo una estrecha relación con el Espíritu Santo. Aquí hace una recopilación de oraciones y meditaciones breves para recordar a las almas a la Divina Persona, y --parafraseando a la autora-- acercarlo a nuestra inteligencia, que reine en nuestros corazones y seamos abrasados en su caridad infinita.