Todo lo que tiene un principio tiene también su fin, estamos en plena adolescencia y es necesario madurar. Al terminar la Secundaria se inicia una etapa en la cual vamos identificando lo que queremos ser y hacer en la vida. El proyecto de vida personal debe cimentarse de acuerdo con las posibilidades de cada uno de nosotros. El tiempo pasará queramos o no, pero la madurez personal que logremos alcanar solamene dependerá de nosotros y del esfuerzo que realicemos para llegar a nuestras metas. Así como Jesús vino a enseñarnos todo lo que Dios quiere de nosotros, nos corresponde ser capaces de responderle desde nuestra vida.