Quien lea este volumen tendrá acceso al valioso testimonio de búsquedas, de afanes, de esfuerzos por no renunciar al ejercicio del filosofar. Tendrá acceso a ejemplos de los variados modos en que se ejerce la reflexión filosófica en medio de innumerables dificultades y limitaciones institucionales, académicas, sociales y políticas. Si algo se desprende de estos trabajos, mirados en conjunto, es una incansable búsqueda por comunicar sus resultados, por compartirlos. Por ello, ciertos interrogantes se imponen: ¿cómo hacerlos trascender más allá de las aulas?, ¿cómo concebir de otra manera las aulas y no en tanto espacios clausos, cerrados, privatizados, sino abiertos, tal como corresponde a una universidad pública en el sentido pleno de la palabra? Para ello urge acrecentar el diálogo. Enfrentar a los enemigos de la criticidad filosófica constituye el único camino para quedar en condiciones de combatir a los sustentantes ideológicos del sistema capitalista vigente. Neocolonial. El filosofar podría quedar así reivindicado, no como una profesión, sino como una actitud crítica ante la realidad; actitud accesible a todos y a todas en la medida en que se le brinde el esfuerzo requerido.