´Recuerdo cuando era chico lo que se decía en las familias católicas. En la mía, por ejemplo: `No, a casa de ellos no podemos ir porque no están casados por la Iglesia´. Era como una exclusión. No, no podías ir. O porque eran socialistas o ateos no podíamos ir. Ahora, gracias a Dios no se dice aquello. No se dice´.- El Señor nos ha redimido a todos con la sangre de Cristo. ¡A todos, no sólo a los católicos! ¡A todos!- Pero padre ¿y los ateos?- A estos también ¡A todos! Esta sangre de Cristo nos hace hijos de Dios de primera clase, nos ha redimido a todos y todos tenemos que hacer el bien.á´Todos deben preguntarse: ¿Qué quiero hacer con mi vida? Saber si quiero hacer unidad en tomo a mío dividir´.á