´Ese era el sueño de todos los mexicanos: vivir una vida envuelta en celuloide.´ Esta es la historia de un amor que comienza como una furiosa atracción sexual y no por ello es menos sublime o melodramático. Enrique Guerra soporta las veleidades y el acoso de Marina Campollo de Achondo y se involucra en una serie de escaramuzas sexuales continuamente interrumpidas a punto de su culminación, hasta que, por ventura, se produce el ansiado encuentro, desde luego apoteósico. Sin embargo, el destino separa a los amantes y aunque les ofrece un dulce reencuentro, también les reserva un final trágico, incendiario. Aunada a Por vivir en quinto patio, novela no seriada que comparte con ésta personajes, mitos y modelos de conducta salidos del cine mexicano, Quien sepa de amores recupera señas de identidad para una generación de límites imprecisos, entre ellas, algunas provenientes de zonas oscuras, como Tlatelolco en 1968.