Seguramente le parecerá presuntuoso de mi padre, si no es que algo macabro, que tome mi pluma y le escriba a más de cien años después de su muerte... Así empieza una correspondencia imaginaria entre un genetista del siglo XXI y el autor de El origen de las especies donde se discuten los sorprendentes descubrimientos de la genética moderna y su influencia en la evolución de las novedades biológicas, desde genes y organismos, habla la naturaleza humana. Estimulado por las preguntas relativamente ignorantes pero a todas luces inteligentes ? de Darwin, Dover lleva al padre de la evolución en un vigorizante recorrido por los descubrimientos genéticos recientes. Al contarle historias sacadas del baúl de tesoros de la biología moderna, Dover pone al descubierto la ingenua idea determinista de los genes egoístas y su supuestamente solitaria búsqueda de la autorreplicación y autoinmortalización. Dover muestra un mundo de evolución mucho más elaborado y sutil de lo que pudiera esperarse de la idea de una selección natural que actúa por su cuenta, un mundo donde los genes nacen para cooperar, como consecuencia de procesos genéticos recién descubiertos. Contra un trasfondo cultural que incluye desde referencias al fallecido poeta Ted Hughes, hasta el canto del capitán Beefheart y Chaliapin, pasando por la crisis de los balcanes, esta mezcla de humor y ciencia, historia y biografía, nos presenta una perspectiva sumamente original del desarrollo, el comportamiento y la evolución que coloca a cada organismo individual en el centro del escenario.