Isabel y Enrique van jugando a la casa de la abuela. Juegan con plastilina y marcadores. Luego salen al jardín, plantan algunas semillas y riegan las plantas ¡Qué lío armaron! Están llenos de barro.áCon este libro, los niños y las niñas podrán hablar con el adulto sobre los juegos favoritos y reflexionar acerca de su relación con los abuelos.