Acechando por la locura, alcohólico, marcado por la temprana muerte de su padre, Fernando Pessoa (1888-1935) escribió con distintos nombres para escapar, quizá, de su propia voluntad. ´´No soy nada, nunca seré nada´´, dijo de sí mismo, descreído del valor de su obra. Por el hecho de haber sido escritos, de ser tan nítidos como para conmovernos de distintas maneras en cada lectura - y de conmovernos integralmente-, los poemas de Pessoa demuestran que no estamos condenados a ser siempre los mismos, tampoco él fue siempre el mismo, sino una verdadera asamblea de poetas, cada uno con una obra completa que no terminará de leerse nunca.