¿Pueden imaginar a alguien capaz de ejercer oficios tan diversos saltimbanqui, concertista de veinte instrumentos, hechicero, arquitecto de genes, domador de palabras ?más que doce tigres de Bengala-, alquimista, relojero y otros más que se me escapan ? Pues esta especie de monstruoso prodigio es un poeta y en este libro hemos reunido a muchos que dedicaron algunos de sus más elaborados encantamientos, es decir, de sus mejores poemas, a los niños ya los jóvenes, aunque cuando el hechizo está bien logrado, las pierden toda importancia. -Dame un anzuelo, papá que voy a pescar estrellas. -¿A pescar estrellas dices? ¡ Deja de hablar fantasías ! -Nada de eso, papá. Dame un anzuelo y verás cómo muy pronto tendrás prueba de estrellas aquí.