La pregunta por la centralidad de la partitura en la música podría inscribirse en la pregunta más general por las formas en que una obra artística es registrada, transmitida y en última instancia acogida en el archivo cultural. Pero así como un happening urbano, por ejemplo, cuyos postulados sean la fugacidad y la ausencia de soportes materiales plantea cuestiones concretas y acaso intransferibles acerca de la posibilidad de incidir en la historia de su disciplina -a no ser que lo haga en calidad de ´leyenda´-, la pregunta por el papel de la partitura despierta interrogantes particulares que han de ser analizados en su especificidad y detalle dentro de la tradición musical. En este primer número del año de Pauta, el compositor argentino Federico Valdez estudia y pone en cuestión la importancia de la partitura en el desarrollo de la música de Occidente. Suerte de summa y gran legisladora de las composiciones llamadas a perdurar, pieza clave de su conservación y sus ramificaciones, fuente de información para el nuevo creador y mina para los musicológos, rasero de las distintas interpretaciones y reinterpretaciones en las salas de concierto, la partitura parece la principal protagonista de la enseñanza musical y las investigaciones académicas. Valdez, mediante un recorrido por las distintas etapas que ha atravesado la notación musical, explora los cambiantes nexos que han tenido el sonido y la representación gráfica, pero va más allá: apoyándose en la distinción entre obra y partitura, hace una revisión de los soportes alternos de registro y pondera
