En un pueblo muy cercano a la Ciudad de México hay tres casonas antiguas frente a la plaza de la iglesia, En una de ellas, la de la esquina, había un viejo jardín. Plantas muy altas, algo descuidadas, rosales deshojados e indecisos, yerbas secas.Y en el centro de todo eso, independientemente y tranquila, sobresale la reina de las estaciones del año. Reina también de las noches y de los días de este jardín: la vieja higuera.