Es cierto; el dinero no compra la felicidad. Sin embargo, si no lo administra correctamente, puede ocasionar mucho dolor y frustración para usted y para su cónyuge.
Desde el momento en que pronunciaron "si" ante el altar, lo tuyo y lo mío se volvió en lo nuestro. Y mientras más pronto desarrolle estrategias honestas, justas y efectivas para manejar sus ahorros, inversiones, propiedades y deudas; más se fortalecerá su matrimonio.