El libro del Dr. Raúl Gustavo Ferreyra > que nos honramos en prologar no es una simple recopilación carente de unidad temática. Si tuviéramos que dar un título al eje que vertebra estos siete densos capítulos, seguramente optaríamos por el ",garantismo en el derecho de la constitución", Todavía más, si ese garantismo no se agota en la protección de los derechos, porque tiende ampliamente a la defensa de la Constitución en forma integral y total, centraliza su núcleo en lo que viene a ser el orígen y el fin del derecho de la Constitución: la persona humana instalada satisfactoriamente en el estado democrático. Pero hay algo más, y no en vano el autor maneja con pericia su formación filosófica: el subsuelo de la iusfilosofía en que se apoya todo su razonamiento jurídico-constitucional emerge a la superficie de su discurso, cada vez que tiene que proponerle, en sus diversas partes, un fundamento que está más allá de lo que el artículado y la letra de la Constitución nos sugieren para la reflexión cuando profundizamos su lectura.
nos enseña acerca del triple sentido con que cabe hablar de ",Derecho Constitucional", A partir de aquí -Capítulo III a VII ? el garantismo alcanza su completo desarrollo. La presición con que se exponen las clases y categorías de garantías, así como las áreas a las que dan cobertura tuitiva, queda en plena evidencia cuando -por ejemplo- el Capítulo IV desentraña lo que el garantismo implica en su relación con las competencias del congreso. Por último, la jurisdicción como funci?n judicial y la jurisdicción constitucional como control especifico abren espacio más que amplio a un excelente material, en el que Ferreyra > hace descripciones obejtivas de su funcionamiento en nuestro ordenamiento jurídico, y aporta su propio juicio crítico a medida que los comentarios lo requieren. Poco podríamos añadir al elogio de la panorámica que con esmero y sapiencia, nos ofrece esta obra, como no fuera decir que la vocación de docencia y de investigación que sin duda traslucen sus páginas ha alcanzado ya plenamente un rasgo de creciente madurez. Que ello sea preludio de muchos productos futuros para orgullo de la ciencia jurídica, para estimulo de los colegas, para provecho de los estudiantes y para que todos convenzamos de que, cualquier edad, siempre nos queda algo y mucho por aprender, por debatir, por meditar.