Cuando Alfred es nombrado embajador en París, su mujer, Fanny, se convertirá en la encargada de manejar los asuntos cotidianos de la embajada.áDe repente se verá alternando con la aristocracia y lo más granado de la sociedad parisina, dando cócteles y cenas, y contemplando asombrada como cada nimio detalle de su vida es aireado en los periódicos. Por si fuera poco, tendrá que mediar en los asuntos sentimentales de sus amigos y encauzar a sus indómitos hijos, cuyos modernos estilos de vida -uno es teddy boy y otro hippie- no termina de comprender. Además, parece que una crisis diplomática está a punto de estallar, dejando claro que la vida en una embajada es todo menos aburrida.áEn No se lo digas a Alfred, Nancy Mitford combina personajes nuevos con otros que ya aparecían en A la caza del amor y Amor en clima frío y nos ofrece una despiadada sátira de los círculos parisinos más exclusivos así como de las siempre ambiguas relaciones entre Inglaterra y Francia. Sus mordaces diálogos y su extraordinaria capacidad para modelar personajes le permiten ofrecer al lector una sutil y divertidísima novela.