Desde hace tiempo la organización mundial de la salud (OMS) sugiere, en lo que respecta al cuidado de la salud, pasar de un sistema prescriptivo por parte del medico hacia uno en el que el paciente interactúe de manera participativa, sin embargo y particularmente en el ambiente pediátrico, hay una tendencia cada vez mayor a delegar al medico no solo las decisiones que tienen que ver con problemas sencillos de salud, sino también aquellas que los padres deben tomar sobre el crecimiento y el desarrollo de los niños. El medico debería ayudar al niño y a sus padres a tener un mayor control sobre su salud y la manera como pueden mejorarla, con el fin de impulsar el proceso de empoderamiento que capacita a los individuos para desempeñar un papel activo en la modificación del ambiente, de su vida y de todos los elementos que van a repercutir en el estado de su salud. Bajo esta premisa, el autor ofrece a los padres elementos críticos para valorar con mayor conocimiento las respuestas que recibe de los profesionales de la salud-casi siempre farmacológicas e inapropiadas como lo explica- que son propuestas para tratar los malestares de los niños. El libro se complementa con recetas simples de elaboración casera y de alimentos que, utilizados en el momento justo, pueden ayudar en la mayor parte de las patologías menores de la infancia sin que tenga que recurrir a fármacos o medicamentos químicos cuyos efectos colaterales superan muchas veces sus efectos terapéuticos.