Jean Valjean es un hombre humilde, que al quedarse sin trabajo se ve en la necesidad de robar una pieza de pan para alimentar a su familia, motivo por el cual es enviado a prisión. Al salir de la cárcel Monseñor Myrel lo lleva a vivir a su casa, pero Jean le roba unos cubiertos; es aquí donde su vida dará un giro, pues el clérigo lo perdona, y a partir de ese momento retoma el camino del bien.
Pero no todo es felicidad, ya que su pasado regresará una y otra vez para atormentarlo, pues será perseguido durante el resto de su vida por el implacable inspector Jauvert.