En Luna caliente, Mempo Giardinelli retorna con singular maestría al mundo nostálgico pero también dramático de la provincia argentina, en los límites del Chaco Paraguayo, frontera de la cual, a pesar de su constante exilio, no se ha desarraigado.áPero no sólo es el ambiente regional, y mucho menos son aquellos territorios que vivió desde la infancia, los fundamentos de su obra, pues lo esencial para el autor de El cielo con las manos y de Vidas ejemplares es el recuerdo torturado y a la vez irónico en que recrea la funesta realidad de sus personajes. Luna caliente cuenta una historia amarga y brutal; una historia que debía ser triste.áNo obstante, Mempo Giardinelli conoce cómo desvanecer la amargura, quizás porque el destierro le ha enseñado a soportar eso y aún más; tal vez por el arte, el gran artista que hay en él, le hace transformar las cosas adoloridas en una literatura hondamente creadora de optimista resignación»öá