Cuando me figuro un paisaje bello, evocativo y cautivador, surge sin falta la sierra de Los Tuxtlas, una de las regiones más hermosas y atractivas del sureste mexicano. Mi fascinación por la naturaleza de esa zona surgió desde que la vi por primera vez. Sin duda mucha gente coincidirá conmigo, pues ha experimentado este mismo atractivo, pero en mi caso, el enamoramiento se volvió seducción de inmediato. He tenido además, la fortuna de haber compartido este encanto con mis colegas, estudiantes y amigos, a tal grado que ahora no sería capaz de identificar mi visión de Los Tuxtlas de la de ellos, pues cada uno pusimos una parte del todo. En este libro, la selva es el punto de partida y es el eje alrededor del cual gira la historia natural y ambiental que se describe a lo largo de los capítulo. No se trata de exponer sólo el resultado del trabajo de los investigadores, sino de mostrar sus logros y sueños, la motivación de su trabajo, de decir entre líneas el placer que sentían al descubrir y compartir su entusiasmo y sus sinsabores. Solo quien ha participado de este esfuerzo, tiene recuerdos y anécdotas, que le permiten entender la riqueza de aportes originales y creativos, que han contribuido a entender el paisaje de la selva húmeda de la sierra, uno de los más ricos, atractivos, prometedores y más enigmáticos de Mesoamérica.