LITERATURA 1

Se dice que la Literatura es una materia obligatoria en el currículum del bachillerato, pero que, paradójicamente, no ayuda a fomentar los hábitos de lectura entre los estudiantes en un momento en que necesitarían familiarizarse con los libros y con la forja de un pensamiento crítico.Pero no hay paradoja. El problema está claro: la enseñanza de la Literatura no tiene nada que ver con el estudiante, con sus intereses o su vida. El estudiante no ve ni puede ver la relación entre sus hábitos de lectura, por una parte, y la forma como se le ha venido enseñando la Literatura en el bachillerato, por la otra: memorizando el nombre de la obra, su fecha de aparición y la corriente literaria a que pertenece, además de toda clase de informaciones sobre la vida del autor.Y no puede verla porque no existe ninguna relación entre su vida, sus deseos, sus aspiraciones, y esa forma de hacerle conocer la Literatura. Pero es que nadie puede interesarse por leer datos biográficos de un autor sin, por lo menos, haber leído su obra e interesarse por ella. Toda esa información sobre historia y biografía tendría sentido en un amplio programa de lectura, pero junto con la obra y no reemplazándola.Con este texto nos proponemos, entonces, en concordancia con los objetivos de la Reforma Integral de la Educación Media Superior, transformar a unos receptores pasivos de información extraliteraria, en lectores activos de Literatura, con criterio propio e información precisa, con iniciativa para buscar por su cuenta y satisfacer su necesidad de historias.Aspiramos a que los bachilleres logren una lectura crítica y de calidad, una herramienta conceptual que los conduzca al conocimiento teórico y práctico del mundo literario; también aspiramos a contribuir a largo plazo en el entrenamiento de lectores críticos en todo tipo de lenguajes: naturales, artísticos, científicos, éticos y sociales.