Hace muchos años, tal vez trece o quizá un poco menos, apareció un libro de sueños: los tiernos sueños de u niña llamada Lilus Kikus para quien la vida retoñó demasiado pronto. Lilus sabía poner orden en el mundo sólo con estarse quieta, sentada en la escalera espiral de su imagición, donde sucedían las cosas más asombrosas, mientras con los ojos miraba cómo se esfumaba el rocío y un gato se mordía la cola o crecía la sonrisa de la primavera [...] Todo en este libro es mágico y está lleno de olas de mar o de amor como el torsol que sólo se encuentra, tan sólo en los ojos de los niñosö: Juan Rulfo.