En los ensayos que componen Lectura y democracia, Raúl Bravo apela a la conciencia de lectores y lectoras para que aprecien el acto de leer como algo situado mas allá del mero divertimento y la adquisición de conocimiento, como actualmente se difunde. La apuesta es por la lectura como creación, desarrollo, bienestar, como implícita capacidad de elección entre un sinfín de opciones de aquella que nos acerque a una vida llena, sentida, espléndida, como respuesta profunda a las interrogantes de la vida. Estas páginas están impregnadas de la confianza de que leer genera una comprensión comprometida de la vida cotidiana, así como facilita a los nuevos ciudadanos conocerse, comprenderse, relacionarse, sin soslayar que penetra en los múltiples rostros de lo humano, de lo civil. En consecuencia, con una intensa voluntad de reflexión, Lectura y democracia, constituye la respuesta a la búsqueda imperiosa de sentido en torno a las diversas practicas de lectura.