Las lecciones de Estética > de Hegel, publicadas póstumamente por los discípulos del filósofo (1832-1838) siguen siendo obra indispensable para el estudio del tema, sobre todo por la originalidad del enfoque y la aguda percepción de los problemas estéticos básicos. Frente a ilustres antepasados y contemporáneos como Kant, Goethe, Schiller, o el propio Baumgarten fundador de la moderna estética pueda afirmarse que el aporte hegeliano mantiene indudable interés. Se sabe que Hegel dio varios cursos sobre estética. Dos de ellos en Heidelberg en 1817 y 1819, y cuatro en Berlín en 1820, 1823, 1826 y 1828/1829. Su discípulo Otto, que junto con otros compañeros editó la obra, dispuso de los cuadernos y apuntes de la clase y además consultó las anotaciones del propio Hegel. Todo este material que después desgraciadamente se perdió, se halla incluido en los tres volúmenes que comprende la edición de Otto, aparecida en Berlín, e incluye la Introducción ?que aquí ofrecemos en cuidada versión castellana-, la idea de lo bellos, el arte simbólico, el arte clásico, el arte romántico, la arquitectura y la escultura, la pintura y la música, y la poesía son los capítulos del tratado, y a todos ellos enmarca y aborda la introducción, con magistral hondura pero a la vez articulándolos en la problemática del fenómeno estético. La introducción que Bonsanquet aseguraba era de la propia mano del filósofo, es un brillante anticipo teórico que plantea la reflexión estética en el más puro nivel especulativo. Lo bello, aseguraba Hegel, nada tiene que ver con la naturaleza, porque es obra del espíritu humano, > que siempre es superior a lo natural. Este descubrimiento le da pie para una amplia crítica de las ideas corrientes sobre la índole del arte, como la imitación, su función moralizante, las reglas que muchos pretenden fijarse, las variaciones del gusto, etc. Entre toda la obra de Hegel, esta introducción, por su riqueza conceptual y su claridad expositiva, constituye una verdadera perla de la literatura filosófica.