LAS CIEN MEJORES POESIAS LIRICAS MEXICANAS

LAS CIEN MEJORES POESIAS LIRICAS MEXICANAS

$ 60.00
Pesos mexicanos (MXN)
Sin Existencia, informes favor de llamar
Editorial:
PORRUA
Año de edición:
ISBN:
978-970-07-3188-9
Páginas:
307
$ 60.00
Pesos mexicanos (MXN)
Sin Existencia, informes favor de llamar

Nuestra poesía en lengua española nace a mediados del siglo XVI, cuando empiezan a escribir los hijos de los conquistadores. Los pueblos conquistados habían tenido también su poesía: poemas mitológicos y legendarios, himnos religiosos y discursos morales, cantos líricos y elegíacos. Hemos prescindido aquí naturalmente de todas esas producciones en lenguas indígenas, lo mismo de las anteriores a la Conquista que de las posteriores, aunque en ellas se hayan ejercitado a veces ingenios como el de Sor Juana Inés de la Cruz. Sin embargo, para que algo de esa poesía se filtrara en estas páginas, no hemos vacilado en insertar uno de los cantos de Netzhualcoyotl traducido libremente por José Joaquín Pesado. El mexicano da pruebas de su inclinación a la poesía desde muy temprano. Bernardo de Balbuena nos cuenta que al certamen de 1585 concurrieron trescientos poetas, y la Crónica de la orden de San Agustín en la provincia de la Nueva España nos dice que, a los doce años, los muchachos ´saben latín y hacen versos como los hombres famosos de Italia´. De toda la producción del siglo XVI, todavía insuficientemente conocida, y excluyendo la poesía épica, que no tiene lugar en esta antología, hemos dado breves muestras con un bien compuesto soneto de Francisco de Terrazas ?primer poeta de lengua española nacido en México y acaso en la América- que revela el nivel que, desde un principio, alcanzó la lírica entre nosotros: con el famoso soneto Viene de España por el mar salobre, en que el criollo satiriza al emigrante español que, una vez enriquecido, presume de nobleza y de cultura, y y con una canción religiosa de Fernando de Córdoba y Bocanegra (1565-1589), de quien nos han llegado dos o tres composiciones y cuya muerte, a los veinticuatro años de edad, es la pérdida mayor de la poesía mexicana en ese siglo.

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