Desde un lenguaje preciso, pero suntuoso, lacónico, pero en su brevedad en una expansión llena de astillas, claro, pero cercano al espacio nebuloso de la escatología, narrativo, pero sin dejar de indagar los empellones y giros bruscos de los sentimientos, Armando González Torres, en este libro ha creado una aproximación a la enfermedad, al oscuro mundo vivo de la peste. Entre el claroscuro barroco y la concentración sintética, propia de nuestro tiempo, este poema en fragmentos nos ofrece una visión tan erótica como apocalíptica.