Tina tiene cinco años y vive con su padre y su abuela. Los domingos ve a su madre y a su hermano Pedro, que está enfermo y tiene los ojos achinados. A Tina le gustaría que todos vivieran juntos, pero no tiene idea de cómo lograrlo. Sólo sabe que quiere una familia completa, a pesar de que no sabe si sus papás quieren lo mismo.