En el nuevo escenario económico del siglo XXI, caracterizado por la globalización y por los drásticos cambios producidos en la transición hacia la Sociedad de la Información, las empresas deben poner todo su empeño en la mejora de su competitividad a nivel internacional, con una clara apuesta por la innovación y por el uso de las nuevas tecnologías, como factores clave para garantizar su supervivencia en mercados cada vez más exigentes y competitivos.