Todo paso hace un siglo -dijo Oralia Ventura flotando, recordando-. Y hace solo unos años. Los primero días vienen ahora a mí como si fueran partes de la vida de otra mujer. Una mujer joven y libre a la que envidio y que sin embargo fui yo. Y un Vigil también joven, más libre y envidiable aunque yo, al que ahora dudo haber tenido como sé que lo tuve. Y Santoyo, Mercedes, Paloma, el Castillo de Chapultepec. No sé cómo decirlo: todo eso estuvo ahí, fuimos nosotros. Pero todo se fue. Es difícil creer en mis propios recuerdos porque son demasiados felices para ser ciertos, porque continuamente parecen estar recordando la felicidad de otras personas...