La idea de la inmensidad del tiempo es tan amenazante para la comprensión y contraria a la concepción bíblica del mundo, que no fue poca cosa que los estudiosos de la Tierra modificaran sus estimaciones de la edad de este planeta de los miles de años a los miles de millones de años. Ningún otro problema ha sido más importante en la historia del pensamiento geológico. Stephen Jay Gould analiza en este libro el proceso de aceptación del tiempo profundo, como consenso entre académicos, el cual se extendió por un periodo que va de mediados del siglo XVII hasta inicios del XIX. En particular, Gould profundiza en tres personajes pilares en la polémica sobre el tiempo profundo y en el debate acerca de su naturaleza lineal o cíclica: Thomas Burnet, James Hutton y Charles Lyell.