Artista silencioso, perseverante, guardián celoso del lenguaje interno del mundo de la historieta, que conjugó con el propio. Este dibujante incansable se adentró en las dimensiones de las viñetas, las cuales enriquecieron las páginas de La Familia Burrón, haciéndonos ver y sentir la importancia del tintero y el papel en su vida. Agustín Vargas García, mí colaborador más cercano, mejor conocido en el medio de la historieta como el querido ´Guty´, me hizo un dibujo con la leyenda ´gracias por ser mi tío´, cuando cumplí noventa y dos años. Y es que Agustín siempre fue mi ´hijo´ consentido, ya que heredó la vena artística del dibujo, del respeto, de la lealtad y, sobre todo, del amor al trabajo.