MIGUEL EDUARDO TORRES CONTRERAS
Ante la creciente violencia que se vive actualmente en México y en el mundo y que se expresa de diversas maneras, las preguntas sobre lo que nos está sucediendo como individuos y como sociedad surgen, inevitablemente, una tras otra. ¿Qué nos ha pasado?, ¿qué hemos hecho para llegar a semejantes niveles de barbarie?, ¿qué hemos dejado de hacer?, ¿en qué momento perdimos el rumbo para lograr una sociedad mejor, un México que brinde posibilidades de desarrollo para sus habitantes?; ¿cuál es la pertinencia de hacer una pausa, detenerse y preguntarnos por el hombre y el sentido de su existencia?Porque, ¿realmente los seres humanos hemos crecido como tales y somos mejores personas que en siglos anteriores? Vale la pena recordar la frase de Albert Einstein: ´¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.Muchas son las reflexiones y los análisis que se han hecho sobre ese proyecto al que se ha dado por nombre modernidad, cuyo núcleo es, en la visión hegeliana, el principio de subjetividad, es decir, la autonomía y autodeterminación de la razón.Ante la grave situación de deterioro que se observa, no podemos rendirnos y ser parte de la indiferencia y el desencanto que permea en la vida de los individuos, las familias y la sociedad.