¿Será posible que ahora los niños vengan enlatados? ¿Realmente existirá algo parecido a un niño perfecto? Pues tal parece que Konrad es la respuesta a ambas interrogantes. Sin embargo, por más virtudes que tenga, él pasará varios problemas para poder relacionarse con las demás personas. Por fortuna no está solo, su madre, la señora Bartolotti, y su vecina, Kitti, lo ayudarán.