En la Unión Soviética, el proceso del cambio social en el arte y la cultura también se ha realizado hasta sus últimas consecuencias. Un ejemplo espectacular: la rehabilitación de aquellos artistas, que se opusieron a la doctrina artística del Realismo Social existente después de la Revolución de Octubre y que quedaron descartados tanto social como artísticamente. Sus obras tachadas de formalistas y burguesas, desaparecieron de los museos nacionales.
El destino de Kasimir Malewich (1878-1935) a quien se le considera como el precursor artístico de la Revolución, es un ejemplo de ello. A principios del siglo veinte, en el Unión Soviética tuvieron lugar acontecimientos fantásticos en el arte, la literatura, el cine, el teatro, la arquitectura y el diseño, fue como una explosión creativa. Pero los artistas se vieron obligados a seguir el camino trazado por el partido. Este libro presenta de una forma convincente, cómo es en la agitada vida de Malevich, la incapacidad de unir la revolución política con la artística y espiritual, desembocando en un conflicto trágico.