La crisis ambiental y alimentaria que padecemos exhibe las limitaciones del monocultivo y resalta las virtudes de las estrategias diversificadas propias de los pequeños productores. En este contexto algunas organizaciones campesinas están abandonando el talante especializado propio de las empresas para adoptar el modelo polifónico de las unidades domésticas y de las comunidades. Verdaderas familias extendidas, las agrupaciones rurales multiactivas son la expresión organizativa de la pluralidad tecnológica, económica, social y cultural que demanda una realidad que, tanto en su dimensión humana como en su dimensión ambiental, es intrínsecamente diversa. Realidad de suyo heterogénea cuyo torpe emparejamiento por obra del capitalismo nos tiene al borde del abismo.