Hablaba con las bestias, los peces y los pájaros, alude a la leyenda según la cual el rey Salomón, gracias a un anillo, podía entender el lenguaje de los animales y ser entendido por ellos. Konrad Lorenz, considerado el padre de la etología, afirma en esta obra que tal logro pudo alcanzarlo él mismo sin necesidad de ningún anillo encantado, sólo guiándose por el rigor científico de sus investigaciones. Por otro lado, escribe: En la Naturaleza, la verdad supera en belleza a todo lo que puedan imaginar nuestros poetas, que son los únicos encantadores que existenö. Y así, con la intención de desmentir las falacias en torno al mundo animal, sin abandonar el habitual tono incisivo de sus estudios, Lorenz da, en estos doce relatos, un paso más hacia el conocimiento del comportamiento animal y su adaptación al medio.