Discutir es bueno; mucho más de lo que se pueda pensar. La clave es discutir bien. La diferencia entre los matrimonios sanos y los enfermos no es cuánto discuten sino cómo discuten. Discutir no es síntoma de una enfermedad, sino la expresión de una realidad viva, palpitante, en constante desarrollo, ajuste y crecimiento, llamada matrimonio.áValorary celebrar las diferencias.Intimidad y procreación.Finanzas.Educación de los hijos.Fe y espiritualidad.Familia política.Vida social y profesional.Capital emocional.La discusión sinérgica.Amistad matrimonial.Inteligencia emocional y resiliencia.Madurez emocional y asertividad.La renovación matrimonial.