Me visto, empaco mi pijama, un cepillo de dientes y otro par de cosas dentro de un pequeño morral. Me despido de la enfermera encargada y salgo de la enfermería en dirección a las Residencias Wolfe. U vez me he perdido de vista, vuelvo sobre mis pasos. Tomo el camino de la larga entrada al colegio y observo , con toda la tranquilidad de la que soy capaz, a los muchachos que juegan al fútbol en las canchas aledañas. Quizá entre ellos esté Pringle. Quizá debiera acercármele y hacerle saber que todo es culpa suya. Carepizza frente al hombre elefante lo último en películas de horror.