Para hablar de sentimientos recurrimos a los elementos de la naturaleza. Seguimos expresando las emociones con metáforas de estados elementales: son calientes, frías, húmedas, o secas. En su libro Fuego, agua, tierra, aire >. Una historia cultural de los elementos, los hermanos Gernot y Hartmut B?hme sostienen que los sentimientos truenan y relampaguean. Este libro es al mismo tiempo una enciclopedia de la historia del espíritu y una defensa apasionada, los Bóhme rompen una lanza a favor de una reconsideración de la naturaleza como base de los sentimientos, mostrando su huella imborrable hasta en los conceptos más espirituales. El hecho de que hoy entendamos algo abstracto bajo el concepto de elemento, es decir distintos tipos de átomos, para los autores es un indicio de hasta qué extremo hemos perdido de vista el conjunto. La escalada en la destrucción de la naturaleza se produce justamente en los dominios de los cuatro elementos, y con el olvido de los elementos se pierden además las emociones simbolizadas en el lenguaje.