Barry va de mujer en mujer como una mosca del martini al café. Adicto al sexo, sus romances dejan por única huella la historia que habrá de obsesionarlo durante días o unas cuantas horas: bitácora del alcohólico ávido de pasión que resulta en el fragmente en que se convierte.áLas voces de sus amantes son calidoscopio para escapar de una cotidianidad vacía y asfixiante. A su vez ellas, con frecuencia abandonadas, comparten una pobre expectativa de lo amoroso.áCon una prosa ágil, intimista y directa, el lector es conducido a la vorágine de una vida sin más sentido que la seducción. El autor nos entrega un relato donde el lenguaje llega a su límite ante la imposibilidad de nombrar, al final, la relación entre dos mujeres y Barry. Tríada en un escenario que enmudece.