Así como la fugacidad es el mejor componente de la belleza, Fiebre/Fieber tiende un puente con la sinfonía de lo ultraveloz, e inocula en sus vasos sanguíneos una bacteria contagiosa con la que doce poetas -seis alemanes: Jinn Pogy, Tom Schulz, Ulf Stolterfoht, Björn Kuhligk, Ann Cotten y Nora Bossong, y el mismo número de vates mexicanos: Mónica de la Torre, José Eugenio Sánchez, Rocío Cerón, Ornar Pimienta, Angel Ortuño y Amaranta Caballero Prado- intervienen y trasladan poemas escritos en dos lenguas completamente diferentes entre sí. Desde el planteamiento de abrir el poema a diferentes lecturas hasta la reinterpretación misma de los versos, Fiebre/ Fieber pretende ser -de ahí el título- un acontecimiento contagioso, un proceso continuo que acerque a los autores y autoras de ambos países.