En casa del comerciante Werle. Despacho puesto con lujo y comodidad, estantes de libros y muebles ricos, en el centro, una mesa de escritorio con papeles y formularios, las lámparas, encendidas, están protegidas con pantallas verdes, de modo que la habitación está iluminada con una luz mate. En el fondo, una puerta abierta, tras de la cual se ve una habitación amplia y elegante, iluminada por muchas lámparas. En la primera habitación, a la derecha, primer término, una puerta pequeña, que da a las oficinas, a la izquierda, una chimenea con carbones en brasa, y más atrás, puertas de dos hojas al corredor. Pettersen, en librea, y Jensen, en frac, arreglan el despacho. En la segunda habitación hay un par de criados encendiendo luces. Del comedor llega ruido de conversación y risas, se oye dar con un cuchillo en una copa, se hace el silencio y se pronuncia un brindis. Bravos, y continúa la conversación.