El intelecto solo puede abordar el análisis de la superficie de las cosas y darnos una visión fragmentada de la realidad. Para captar el sentido profundo, el alma de las cosas, su dimensión oculta y trascendente, es necesario recurrir a la visión intuitiva no contaminada por la experiencia previa, y desligada de los datos archivados en el cerebro. La mirada profunda debe ser nueva e inocente, sin embargo el intelecto se apodera de lo observado y tiende a clasificarlos, a compararlo y a ordenarlo según sus datos acumulados, según su lógica, descartando aquello que excede sus dominios cognoscitivos. Así, lo nuevo se hace viejo, lo puro de contamina y lo profundo se vuelve superficial. Este libro trata de desestabilizar la mente lógica del lector, proponiéndole otra forma de mirar la existencia. Sus objetivos son tres: desplazar el punto focal de su consciencia de sí llevándola hacia un nivel más elevado, más próximo a la Divinidad. Liberarle de las limitaciones que la mente le ha impuesto. Y de este modo, consciente de su divinidad y liberado de condicionamientos paralizantes, permitirle acceder a la realización de sus anhelos.