Según Georg Simmel, el conflicto no es un accidente en la vida social. El conflicto es parte integrante y necesaria de las sociedades y de las relaciones humanas: es un factor integrador, una forma de socialización sin la que las sociedades no pervivirían.áSimmel invierte, así, la opinión común que sostiene que la cohesión social exige, cuando menos, apaciguar los antagonismos: antes al contrario, los conflictos cohesionan la vida social.áMás allá de las invitaciones de la religión, la poesía o la filosofía a vivir en comunión, concordia y amistad, el ser humano es también animosidad e instinto de lucha: simpatía y hostilidad se entremezclan en la unidad de la vida social e individual.